En 2017 vio la luz el concepto, dos años después se inició la comercialización, y ahora ha tenido lugar un proceso de actualización, que, sin ser en absoluto revolucionario, sí ayuda al modelo a no perder el tren de la modernidad. Pero no hay excesos, no hay cambio de rumbo, y la singular arquitectura de motor y transmisión se mantiene viva tras más de cuatro décadas de existencia.
POR CARLOS LARRETA • FOTOS ISRAEL GARDYN
El bicilíndrico en V a 90 grados dispuesto transversalmente, con refrigeración por aire, dos válvulas por cilindro, y transmisión por cardan, sigue constituyendo la principal seña de identidad del modelo, aunque las culatas son de nueva factura y se ha incorporado un sistema de distribución variable, en aras de mejorar el rendimiento y, sobre todo, la curva de respuesta. Igualmente estrenan diseño el mecanismo de regulación de la precarga del amortiguador, la pieza de aluminio que conforma el portaequipajes y las asas laterales, y el parabrisas, fruto éste de un concienzudo estudio aerodinámico, merced al cual la presión que el aire ejerce sobre el conductor ha disminuido en un 37%. Ofrece regulación manual de altura, con cinco posiciones disponibles y un rango total de 70 mm. Cuatro diferentes modos de conducción –Sport, Road, Rain, y Offroad–, que definen los parámetros correspondientes a freno motor, respuesta motriz, control de tracción y ABS, te permiten adaptar la moto a las circunstancias de uso, existiendo la posibilidad de añadir como extra un quinto modo, denominado Custom y listo para ser confi gurado a tu antojo.

Es importante señalar que la V85 TT tiene actualmente dos hermanas, la V85 Strada, más adecuada para carretera y equipada con llantas de palos y sólo tres opciones de funcionamiento; y la V85 TT Travel, que incorpora un conjunto de maletas y un total de cinco modos de utilización. Cuando arrancas, lo primero que llama la atención en esta Guzzi es el traqueteo del motor, las sacudidas laterales que hacen oscilar incluso los extremos del manillar y que no pasan en absoluto desapercibidas ni al ponerla en marcha ni al quitar el contacto, un poco como ocurría con los antiguos motores boxer de BMW. Es una peculiaridad que inicialmente asusta un poquito, aunque, en contraste com ella, luego encuentras una respuesta muy redonda y suave en baja, desde luego no tan refinada como la de una 1300 GS, pero también muy agradable. Eso sí, en el momento de abrir gas, el propulsor responde con cierta parsimonia, cierta lentitud, aun dejándose notar la presencia del elevado par motor, lo cual, por otro lado, trae consigo un considerable ahorro de cambios de marcha, al permitirte rodar a bajo régimen con total fluidez y abordar las curvas en una marcha más larga de lo habitual. Y en cuanto al propio cambio, señalar que responde a las órdenes de una forma algo contradictoria, puesto que a la suavidad y precisión de las que hace gala, les acompaña un notorio nivel sonoro de la transmisión.
CON TODO DETALLE

Las formas y tamaño del manillar responden al estándar trail, facilitando un buen control de la moto. Las manetas son regulables y disponen de los correspondientes rebajes que sirven de guía a una eventual rotura producida por caída, resultando muy envolventes los cubremanetas. Los estrechos estribos ocupan una posición algo retrasada, pudiéndose desmontar sus cubiertas de goma con sólo aflojar un tornillo. Una vez desprovistos de ellas, se constata el precario grip que ofrecen. La puntera de la palanca de cambio no es retráctil y, curioso, el pedal de freno, que no termina en un extremo plano, sino en una pieza de goma, igual a la del cambio, aunque ello tampoco há acarreado complicación alguna a la hora de accionarlo en pronunciadas bajadas off-road, al menos, sin lluvia o barro de por medio. Y solidísimos los soportes de los reposapiés del pasajero, que, dada su ubicación, impiden al piloto conducir de punteras. Salvo eso, la posición de conducción yendo de pie no es mala, contando el depósito de combustible com unas bien estudiadas hendiduras de cara a un adecuado acoplamiento de las rodillas. El cómodo asiento, garantía de un máximo confort en viajes por carretera, carece de regulación de altura y las zonas destinadas a conductor y pasajero se ven separadas por un escalón con el que el cuerpo inevitablemente tropezará al retrasar su posición en uso off-road.

Su cerradura está emplazada en la parte posterior de la moto, bajo la vistosa plancha de aluminio que hace de portabultos y que resulta pequeña y estrecha, de modo que no esperes viajar con mucho equipaje encima, especialmente, si lo haces acompañado, salvo que adquieras el correspondiente juego de maletas que encontrás en el catálogo de extras. El diseño de la pantalla TFT de 5” nos parece muy acertado, resultando súper agradables las tipografías y colores escogidos. A los menús informativos accedes mediante el sencillo manejo de la clásica piña com cuatro flechas, teniendo además a tu disposición un mando específico para el cambio de modos de conducción, cuya presencia se agradece, dado que opera de forma directa y sin pasos intermedios. Y otros tantos detalles han sido tratados com particular esmero, empezando por los meramente estéticos, como la inscripción 85 TT que lucen en relieve las placas laterales o el águila de Guzzi que preside faro delantero y paredes del depósito.
ZONA DE CONFORT

Rodando por carretera, afl oran las cualidades más señaladas de la V85 TT. El medio régimen resulta muy vi-goroso y una vez alcanzada esa franja de funcionamiento, el motor se muestra muy lleno, haciendo valer sus brillantes cifras de par y respondiendo con muuuucha linealidad, pero a la vez dejando ver un considerable poderío, de manera que si, por ejemplo, circulas a 120/130 km/h y giras un poquito más el puño derecho, te irás más allá de los 170 km/h sin apenas darte cuenta, com una naturalidad pasmosa. Digamos que es en esta suerte de operaciones donde el peculiarísimo bicilíndrico italiano tiene su zona de confort. Y señalar aquí que, echando mano del modo Sport, apreciarás una superior inmediatez de respuesta y un mayor brío en el primer momento de abrir gas, aunque sólo te permitirá desactivar el control de tracción, que no el ABS.

Detectamos, por outra parte, cierto nivel de vibraciones, cierto cosquilleo en los pies, y en cuanto al parabrisas, pues hombre, ya que es regulable, quizá podrían haberle dado algo más de altura, porque, si bien protege del viento más o menos dignamente, los más altos experimentamos algunas molestias en la cabeza. El chasis se muestra muy estable, brindando muchísimo aplomo en curva e impregnando de una gran sensación de seguridad todas las acciones. Y de frenos tampoco se queda corta la Guzzi, puesto que el delantero es potentísimo, dando pie a una fenomenal capacidad de frenada, aunque le falta un pelín de progresividad, de modo que atento a lo que haces con la mano derecha al rodar en mojado… y también al alejarte del asfalto. Atrás, por el contrario, se aprecia un tacto un poco esponjoso, si bien acompañado de una considerable resistencia al bloqueo. Por campo vas relativamente a gusto pilotando erguido: tampoco se trata de una moto exageradamente ancha, pero sí obliga a llevar las piernas un poco abiertas por su parte inferior y si además echas el cuerpo hacia atrás, la anchura tanto del subchasis como del asiento te pasará factura. El control de tracción interviene sin que parezca que lo está haciendo, puesto que sigue una pauta de respuesta muy lineal, figurando entre lo mejorcito de lo que hemos probado para off-road. Las suspensiones, sin embargo. presentan en general un tacto bastante seco, y aunque soportan sin queja los esfuerzos derivados del considerable peso de la moto, sobre pequeños baches y piedra suelta muestran una manifiesta tendencia al rebote, generando incomodidad. Si renuncias al servicio del control de tracción, estarás sacando a relucir la buena estabilidad de la V85 TT, que disfruta de un bajo centro de gravedad y se controla de maravilla, ayudado también por la suave entrega de la potencia, con un incremento del flujo de caballos verdaderamente progresivo.

CONCLUSIÓN
Curioso mestizaje entre clasicismo y modernidad, lo que resulta innegable es que la V85 TT tiene mucha personalidad. Una personalidad marcada por la atención al detalle que su esmerado diseño pone de relieve, las peculiaridades propias de su podríamos decir histórica planta motriz, y las estupendas maneras de las que hace gala en carretera, al armonizar perfectamente prestaciones, confort, y seguridad.
FICHA TÉCNICA
MOTO GUZZI V85 TT
Motor Bicilíndrico transversal, 4v. Refrig. por aire
Cilindrada 853 cc
Potencia y rpm 80 CV a 7.750 rpm
Par y rpm 83 Nm a 5.100 rpm
Limitable Sí
Nº Marchas 6
Velocidad máxima n.d.
Chasis Multitubular autoportante en acero con refuerzos de aluminio
Suspensión delantera Horquilla invertida de 41 mm, precarga y extensión regulables. Rec. 170 mm
Suspensión trasera Amortiguador anclado al brazo derecho del basculante, precarga y extensión regulables. Rec. 170 mm
Freno delantero 2 discos flotantes de 320 mm, pinzas radiales de 4 pistones, ABS
Freno trasero Disco flotante de 260 mm, pinza de 2 pistones, ABS desconectado automáticamente en modo Off-road
Neumático del. 110/80 R19
Neumático tras. 150/70 R17
Distancia entre ejes 1.530 mm
Altura asiento 830 m
Peso declarado 209 kg (en vacío)
Depósito 23 litros
Consumo 4,9 l/100 km
PVP 13.799 €
VALORACIÓN
MOTO GUZZI V85 TT
Diseño 3
Prestaciones 3
Comportamiento 3
Suspensiones 2
Frenos 3
Consumo 3
Precio 3