Nuevas patentes registradas por la empresa de Hamamatsu revelan que Suzuki continúa invirtiendo en el desarrollo de la sincronización variable de válvulas, especialmente para el motor de 250 cc.
Parece justo asumir que la iniciativa de Suzuki está dirigida principalmente a hacer que sus modelos de nivel básico sean más económicos y cumplan con las regulaciones de emisiones cada vez más estrictas. La patente revela un sistema VVT para un motor de árbol de levas en cabeza de cuatro válvulas (SOHC), que actúa tanto sobre la elevación como sobre la duración de la válvula a través de un actuador hidráulico. Esta solución, más convencional que el sistema mecánico de fuerza centrífuga introducido en la GSX-R1000 2017, permitiría una gestión más precisa de la combustión interna.
La adopción de VVT en modelos de gran cilindrada no es nada nuevo para Suzuki, que ya ha demostrado su apuesta por esta tecnología con sus modelos tope de gama más deportivos. Sin embargo, la aplicación en modelos de menor cilindrada pone de manifiesto una tendencia en el mercado de las motocicletas hacia soluciones técnicas que garanticen un futuro sostenible para los vehículos de dos ruedas.

La sincronización variable de válvulas parece una buena solución para ofrecer un rendimiento brillante, pero teniendo en cuenta las emisiones. De hecho, todo el panorama motociclista está trabajando en esta tecnología que tiene como objetivo gestionar los tiempos de apertura y elevación de las válvulas. Parece igualmente probable que esta última solicitud de patente también pueda referirse a motores de mayor cilindrada.
Fotos: Visordown